miércoles, julio 06, 2011

Charlando con: M: Toma uno

El hombre que (intentó) enseñarme a dibujar

En un post anterior dije que no volvería a leer “La muerte de Gwen Stacy”.
Mentí.
Bueno, solo un poco.

El otro día, en uno de mis inhabituales “charlando” con el librero tranquilo, me comentó que mi historia de Spiderman había gustado. Y yo sin enterarme. Gracias a todos.

Con ese recuerdo en la memoria, al llegar a casa abrí el cómic para hojearlo y… no, no releí la historia. Me quedé tan solo en la primera página. Pero sí me recordó algo que olvidé en el post anterior. Tanto hablar del fondo que obvié la forma. Y la forma eran John Romita (padre) y, sobre todo, Gil Kane.

Siempre me ha gustado Gil Kane. Supongo que en una época de dibujantes corrientes, era un dibujante de estilo distinto. Su forma de dibujar, con personajes poliédricos, atléticos y fibrosos, le venía como anillo al dedo a Spiderman. Igual que, supongo, puedo decir que John Buscema le va al dedo a Conan o John Byrne a los 4F. Lo dejo a la opinión de cada uno, que seguro que las tenéis y muy interesantes.


Pero lo que más me llamaba la atención de Kane (o del tándem Kane/Romita) en Spiderman era su sentido del dinamismo. Kane hacía que Spiderman diera (y, sobre todo, recibiera) ostias como panes. Y, amigos, eran panes de centeno.

























Panadería Parker: Masa fresca y tras cocción en el horno.


Yo no había visto cosa tal desde Kirby. Me cautivó hasta el punto que, haciendo pinitos con el lápiz (esos que todos los aficionados al cómic hacemos hasta que la naturaleza distingue a los dotados de los… llamémosles menos dotados), empecé a dibujar bocetos de las viñetas de acción de Kane para después poder introducirlos en mis propias historias. (Otros lo llamarían “homenaje”. Para que engañarnos, era un plagio). Y de ahí salieron infumables de cuyo nombre no quiero (ni, creerme, puedo) acordarme.

Huelga decir que la experiencia se saldó con un rotundo fracaso. Pero sirvió para que un grupo de amigos nos intercambiásemos historietas caseras de diversos géneros –y disfrutásemos leyéndolas- y sobre todo hizo que, con medio mundo por medio, un letón que sabia dibujar me contagiase las ganas de hacerlo (las hormonas hicieron el resto).

Nada de eso ha sobrevivido. Ni siquiera lo había hecho el recuerdo de Kane. Al menos hasta que cierta editorial me recordó a una muchacha rubia que, hace mucho tiempo, en una galaxia a día de hoy no tan lejana como quise creer, ocupó un lugar en mi corazón.

Pd: Gracias, GK. Y a ti también, librero.

2 comentarios:

El Centollo Enmascarado dijo...

Alguien comentó una vez, que Marilyn Monroe ocupó 20 años en nuestras pantallas y toda una vida en nuestros corazones. Con Gwendolyn "Gwen" Stacy ocurrió exactamente lo mismo. El otro dia un pariente me preguntó que quién era, que si su novia no habia sido siempre Mary Jane Watson. Ahí se me cayó el mito ...y no le pude contestar.

M dijo...

Espero que tu pariente no fuera ese que trabaja en el banderín esmeralda, porque si lo es, te recomiendo una sesión intensiva de "compro-devuelvo-compro-devuelvo".

Pero claro, es que hay mucho "venidero"

Un saludo.