martes, enero 04, 2011

Fevre Dream


Es una reacción normal del ser humano. Encuentras algo que te gusta y cuando ya no tienes más, buscas incesantemente un sustituto, aún a sabiendas que la copia no va a ser, ni de lejos, el original.

Cuando se acabó la dosis de Canción de hielo y fuego, de una manera natural mi curiosidad me impulsó a buscar otras obras del amigo George. En ese momento, descubrí que anteriormente a su obra maestra había publicado otras novelas. Entre ellas figura Fevre Dream. Después de recabar algo de información, vi que la cosa iba de vampiros y barcos de vapor en el Mississipi del 1850. Tal extraña combinación, en manos del señor Martin, prometía.

Desgraciadamente, la falta de tiempo, impidió que acometiera la lectura. La novela quedó en el montón de los olvidados.

Tiempo después, vi que salía una adaptación al cómic y, por supuesto, no lo pude evitar y empecé a comprarla. Una vez leída, os puedo decir que Fevre Dream, efectivamente, es una serie de vampiros. Por ese lado, poco nuevo que añadir. Pero claro, tratándose de Martin, los convencionalismos no podían ser la moneda de cambio. Este hombre siempre sabe dotar de un cierto interés a sus relatos, aportando la suficiente originalidad y frescura para que su lectura sea, como mínimo, entretenida.

En este caso, lo que hace esta miniserie de 10 episodios merecedora de una oportunidad, es la ambigüedad de los protagonistas, tanto el capitán Abner Marsh. como el misterioso Joshua York o el pérfido Damon Julian, sin buenos ni malos y con personajes que tienen motivaciones perfectamente entendibles. Algo que el bueno de Martin ya apuntaba en esta obra y que posteriormente elevaría a la maestría en Canción.

¿Pero cómo, el capullo este no acaba el libro y se dedica a escribir cómics? Tranquis, tranquis que de eso ya se encarga su amigo Daniel Abraham, permitiendo que al bueno de George le quede tiempo para... todo menos escribir.
Como ya os decía antes, no leí la novela original, con lo cual no os puedo asegurar qué grado de fidelidad tiene con ésta, pero teniendo en cuenta que el bueno de George ejerce como supervisor, damos por hecho que es bastante fiel. En la parte gráfica, Rafa López cumple, resultando el conjunto en un más que aceptable tebeo.

Gustará a los aficionados al bueno de George, a los seguidores de las historias de vampiros, y en general, a todo aquel que busque un tebeo entretenido sin más ambiciones.

Por ahora solo disponible en inglés.

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