miércoles, mayo 26, 2010

The Umbrella Academy: Dallas


La "familia" más disfuncional dentro del género de "superhéroes" vuelve al escenario con su segunda miniserie recogida con el nombre de Dallas. La acción sigue los acontecimientos de Suite Apocalíptica y nos muestras las consecuencias que la primera aventura produjo en el grupo.
El Macguffin que Gerard Way se inventa para la ocasión es el asesinato de J.F. Kenedy, o más bien el intento por evitar su asesinato (o era lo contrario).

Una trama de saltos temporales. El tipo de historia que ya hace tiempo que no me entusiasma y que me suelen producir hastío. Sabiendo esto, hay que darle crédito a los autores, porque realmente me tragué toda la acción sin que en ningún momento llegara a indigestarme. Cierto que hay parajes que no quedan del todo claros y que están un poco pillados, pero teniendo en cuenta lo que se puede ver en este tipo de historias, yo me doy por satisfecho.

En todo caso, tampoco este salto temporal es donde vamos a encontrar la chicha de este Dallas. Way reconduce sus intereses en ver como evoluciona el grupo, tanto individual como colectivamente, dotando de vital importancia al número 5 y a su historia, sacando todos los cadáveres ocultos en el armario.

Grabiel Bá, totalmente embutido en el ritmo de la serie, nos ofrece pequeñas maravillas gráficas, dotando a sus personajes de una gran expresividad, que por sí sola comunica mucho más que globos y globos de texto. Poco a poco, sus influencias Mignolianas se funden totalmente con su propio estilo, que evoluciona a marchas forzadas y sin un límite aparente a la vista.

The Umbrella Academy sigue siendo una serie fresca, a la que me resisto a encasillar dentro del grupo de cómics de superhéroes. Cierto que muchas de las bases del género están ahí, sin que los autores hagan nada por ocultarlo, pero cierto es también que hay algo más que es la clave para que esta serie no deje a nadie indiferente.

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