viernes, enero 11, 2008

Lobezno: Honor



"Soy Lobezno. Soy el mejor en mi trabajo, pero mi trabajo no es muy agradable"


Mítica frase para un tebeo mítico. ¡Cuántas veces la habrá repetido, nuestro querido Zeke, delante del espejo!.
Chris Claremont en su mejor momento creativo, y un Frank Miller que todavía no estaba por encima del bien y del mal. Ambos autores, dando lo mejor de sí para crear una obra maestra, con Lobezno como personaje. Hablamos del año 82, hace más de 25 años. Pese a ello, cualquier persona que se acerque a este comic por primera vez, no va a notar el paso del tiempo.

En aquella época, todavía se estilaba eso de hacer tebeos sin pensar en como serían adaptados al cine, o la manera de meter a los personajes en interminables crossovers y series que se alargaban hasta el infinito. No, de aquella todavía se llevaba eso de contar buenas historias.
Y esto es lo que tenemos en este tomito. Una buena historia. Una gran historia. Una obra maestra.

Dejando de lado al Lobezno más superheroico, en Honor, se nos presenta la cara más humana del personaje. Por circunstancias derivadas del amor, nuestro protagonista se ve enfrascado en un viaje al Japón donde, como nos presagia el título, pierde y recupera su honor.
Pese a ser una historia al margen de la serie principal donde residía Lobenzo, se puede decir que con esta miniserie se sentaron las futuras bases del personaje y serviría de referencia para futuras interpretaciones del mismo.
Todo en el tebeo tiene un toque especial. Los diálogos, los silencios, las escenas de acción. Muchas de las viñetas y páginas de este comic son constantemente referenciadas y recordadas por los aficionados, un poco al estilo de los grandes clásicos del cine.

Para mí, sin lugar a dudas, la mejor historia de Lobezno jamás contada.
Por supuesto, sobra decir que es un J-imprescindible y una referencia básica para cualquier comicoteca que se precie.

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